Thursday, March 27

"Saber decir adios, es crecer".

Hace días todo resulta obsoleto y cansado, fastidiado de estar presente. Al decir todo me refiero a aquellas cosas que día con día se despiertan conmigo y, cómo si no les fuera suficiente con 19 horas, todavía tienen la desfachatés de acompañarme en sueños, (la única ventaja de estos es que a los 10 minutos de abrir los ojos se olvidan y pasan a formar parte de... Chinga! ¿De qué?).

El desayuno, la escuela, el inglés, la comida, el metro, el tráfico, el sol, las personas... Todo está fastidiado y yo nomás no sé dónde esconderme para que no me arrastren consigo todas esas monotonías que tampoco saben a donde van. Hasta ahora sólo hé pensado en una salida y no, no me voy a suicidar. Es una sorpresa que estoy guardando para mi mismo, algo que ni la mismísima gastritis va a ser capáz de frenar y sí esto realmente logra sorprenderme y re-dirigir el rumbo de la planicie de pies que uso para andar, (ya tampoco los aguanto, me duelen, me duelen, me duelen. Ay, sí! Sufro, sufro, sufro), podré entonces voltear para ver dónde estuvo el desperfecto, mientras tanto, que lo lea quien le importe.